Cesc Fábregas, encargado de asistir a Andrés Iniesta en el gol que dio el Mundial a La Roja, se mostró muy satisfecho, y presumió de haber conseguido "algo histórico e inolvidable que hay que disfrutar".
El jugador del Arsenal destacó que "todo ha venido muy deprisa" y que ha sido un Mundial difícil en el que no lo ha pasado del todo bien. "Quiero dar las gracias a mi familia por haber venido, porque no lo estaba pasando bien y además no estaba jugando mucho", finalizó.
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